viernes, 11 de octubre de 2013

12 DE OCTUBRE: DÍA DE LA DIVERSIDAD CULTURAL: REIVINDICACIÓN DE NUESTROS PUEBLOS ABORÍGENES

http://www.pigna.com.ar/

Los que insisten en festejar el Día de la Raza el 12 de octubre se verían en problemas si se confirmaran las recientes investigaciones que afirman que el grito del llamado Rodrigo de Triana se produjo el 13. Pero, puesto que tal número se identificaba con la mala suerte y que el 12 de octubre era la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, patrona de los Reyes Católicos, y caía ese año en viernes, día de la pasión de Jesús, el almirante habría cambiado la fecha a su antojo para quedar bien con sus benefactores.
El 12 o el 13 de octubre, Colón y sus hombres estaban frente al islote de Guanahaní (actuales Bahamas), al que Colón llamó San Salvador. Don Cristóbal confiaba en haber llegado al Asia, aunque se asombraba de no toparse con los clásicos mercaderes chineos, sino con gente “muy bella y pacífica” que tomaba las espadas por el filo por desconocer las armas de guerra.
Ni Colón ni los reyes tenían la menor noción de haber “descubierto” un nuevo continente. Seguían pensando que habían llegado al Asia, pero de todas maneras se sintieron con derecho a apropiarse de estas tierras y sus habitantes, sobre los que dice el almirante: “Son la mejor gente del mundo y sobre todo la más amable, no conocen el mal –nunca matan ni roban-, aman a sus vecinos como a ellos mismos y tienen la manera más dulce de hablar del mundo, siempre riendo. Serían buenos sirvientes, con cincuenta hombres podríamos dominarlos y obligarlos a hacer lo que quisiéramos”.(…)
Aún hoy, algunos textos nos siguen presentando argumentos muy curiosos para justificar la conquista de América. Hablan de la “necesidad” de expansión de las potencias europeas, de la búsqueda de nuevas tierras, de la voluntad de expandir su fe. ¿Estas “necesidades” justifican acaso el genocidio y la imposición de diferentes modos de producción y diferente cultura? Es una notable curiosidad que civilizaciones que han basado su poder y riqueza en la imposición de la propiedad privada no la respetaran cuando se trataba de “salvajes”.
El propio Ginés de Sepúlveda, gran teórico de la conquista, lo admite en un diálogo de su Demócratas alter: “Si un príncipe, no por avaricia, ni por sed de imperio, sino por la estrechez de los límites de sus estados o por la pobreza de ellos, mueve la guerra a sus vecinos para apoderarse de sus campos, como de una presa casi necesaria, ¿sería guerra justa?”. Se responde a sí mismo: “No, eso no sería guerra justo sino latrocinio”.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario